Ojos

Me gusta que se equivoquen.

En eso radica la superioridad del hombre

sobre los demás organismos.

Así llega uno a la verdad.

Fedor Dostoyevski

Miradas. Ojos que no se cruzan. Van a alguna dirección. O no. Cuando no son paralelas es más fácil. Solo con una mirada se puede conocer a una persona. Hay que saber dónde mirar. Dicen que es cierto. Dicen que uno se puede enamorar con solo una. ¿Será tan fuerte? Mucha gente lo canta. Mucha gente lo grita. Se escucha un unísono. Pero solo una importa. A veces, una palabra vale más que mil. Según donde se diga. Según quien lo diga. Y también a quién. Las imágenes no importan. Los momentos pasan inadvertidos. Y las cosas alrededor, cambian. No hace falta una mentira para empezar. Tampoco una verdad. Solo un fluir y las cosas fluyen. Dicen que hay que actuar. Empezar diciendo algo. ¿Algo como qué? Mucha gente sabe. Y sin embargo pregunta. Mucha gente cree, pero no lo dice. Y siguen yendo. Y siguen buscando un lugar. Que algún día encontraran. ¿Algún día lo encontraran? Si no es hoy será mañana. Eso espero. Eso creo. En eso estoy…

Crepito.

La originalidad

¿Te gustaría vivir en la casa del espejo, gatito? Me pregunto si te darían leche

allí; pero a lo mejor la leche del espejo no es buena para beber.

Lewis Carrol

La originalidad de una cosa no implica que sea original. Me miro al espejo y veo que no hay otra cosa que yo. Es una forma de convencerse a uno mismo, o a los demás, de qué somos. La casa tiembla. La heladera no quiere dejar de funcionar. A los costados, no puedo ver. Todo blanco y algunas líneas negras. Algunas se cruzan, las otras, jamás. Decir estupideces nunca es buen augurio. Creo que no decirlas tampoco. Suena una canción. Idioma universal. Original o no. Me tiro al piso. Miro hacia un costado. Tal vez llore. Tal vez grite. Mientras más grande es el espejo, menos me gusta. Según como se mire. O, tal vez, como se quiera mirar. Quería saber si a alguien le importaba y comenzó a hacer cosas. Solo vio un colibrí. Pájaro que no dice nada. Solo si esta fuera del espejo. Y ni siquiera había un dios. Nadie escucha. Nadie ve. Nadie siente que puede ayudarlo. Pero, sin saberlo, todos los ayudan. A él, que siempre está a punto…

Crepito

 
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